domingo, 21 de noviembre de 2021

Alta montaña

La república siempre será como ese primer amor que pudo ser y no fue


[Manuel Vicent, El País, 17 de abril de 2016]


Hoy es un domingo de abril. Concédete una fiesta republicana. Te mereces un poco de aire limpio. Como si la política fuera tabaco y uno se fumara tres paquetes diarios, llega un momento en que hay que dejar la política aparte y someterse a una cura de desintoxicación si no quiere uno morir envenenado. Ese último cigarrillo, que no consigues quitarte de la boca, es el que te mata. Así sucede con el telediario o la tertulia que no puedes apagar. Bajo la nube tóxica de la corrupción los líderes agitan su incapacidad congénita de llegar a un acuerdo, una incompetencia en el oficio enmascarada con una catarata de palabras inanes como el coro de ranas que ameniza una charca infecta. Esta murga diaria te obliga a imaginar un balneario de alta montaña o una isla desierta donde podrías regenerar tus pulmones carbonizados. Puesto que estamos en mitad de abril y las hormigas ya han abierto oficialmente los hormigueros en honor a la primavera y pronto florecerán las acacias, podría uno adjudicarse el premio de un domingo republicano como salvación. Un desayuno despacioso, la música de Bach que se diluya en el aroma del café y de las tostadas, la visita a una exposición de pintura por la mañana, unas cervezas con amigos en una terraza soleada, un almuerzo vegetariano, una película por la tarde, la lectura de un libro, un disco de jazz, una copa al anochecer, un sueño apacible. Sin abandonar el sillón puedes viajar a ese espacio mental que se llama república. Pese a que aquel espacio fue mancillado por unos políticos ingenuos o perversos y el sueño acabó en una guerra fratricida, la república siempre será como ese primer amor que pudo ser y no fue. Para viajar hacia esa república, isla desierta o balneario de alta montaña, hay que sobrevolar una nube apestosa, pero una vez allí podrás respirar un poco de aire puro este domingo de primavera.









Solución


Resumen.

El emisor arguye la necesidad de un descanso, de un domingo republicano ante la saturación mediática de noticias de política. Lo compara con el tabaco, cuyo humo es el de la saturación de los políticos incapaces de llegar a acuerdos. Indica la necesidad de aire limpio, de relajación, y señala una enumeración de actividades necesarias para escapar de la toxicidad política. Explica al final que esa república o isla alejada de la realidad es personal, un espacio propio, e invita a los lectores a refugiarse allí.


Enunciado del tema.

Defensa de una necesidad de descanso ante la saturación mediática provocada por la situación política actual.

Criterios de corrección. El enunciado del tema no constituye una oración, con un verbo principal, o un SN con la intencionalidad del emisor en primer lugar, se resta 0,2. El enunciado no incluye la intencionalidad del emisor, se resta 0,1. El enunciado no recoge la idea fundamental del texto, se resta 0,2.


Comentario.

Dentro del texto que tenemos delante, cabe señalar en primer lugar que el emisor mantiene un punto de vista subjetivo, puesto que nos ofrece de forma explícita su opinión acerca de la saturación de noticias sobre la situación política actual. A pesar de esa evidencia anterior, no encontramos una presencia del sujeto-emisor dentro del texto. Sí aparecen, por contra, numerosas apelaciones exhortativas al lector: “concédete una fiesta republicana” (L. 1).

Al margen de esa cuestión, se aprecia que estamos ante un texto divulgativo, dado que el destinatario es común, esto es, no requiere tener conocimientos previos para poder entender el texto. El emisor busca convencer al destinatario mediante argumentos claros y evidentes, e incluso mediante oraciones imperativas. Dadas estas características apuntadas, se desprende que en el texto domina, por una parte, la función del lenguaje representativa o referencial, que es la que, entre todos los elementos del esquema comunicativo, da más importancia a la información transmitida en el mensaje. Por otro lado, también es patente la función apelativa o conativa, puesto que se busca una respuesta por parte del destinatario. La finalidad del texto es, en ese sentido, la de convencernos de la necesidad de un cambio en nuestra mentalidad. Hacia tal fin, el texto posee un registro lingüístico estándar. Se trata de un registro neutro que busca la comprensión por cualquier tipo de lector.

Este texto se estructura, en concreto, en tres partes bien diferenciadas. La primera es la introducción, la cual ocupa hasta “aire limpio” (L. 2). Aquí el emisor enuncia el tema, en este caso, la necesidad de un descanso, de una evasión. En segundo lugar aparece el cuerpo expositivo-argumentativo, que ocupa el final “un sueño apacible” (L. 17). Aquí el emisor señala como, ante la toxicidad de la política, que es como el tabaco, debemos buscar aire libre, realizar actividades relajantes. Finalmente aparece la conclusión, que ocupa las siete últimas líneas del texto. Ahora el emisor presenta aquí su tesis, la idea de que esa república, esa isla, es un espacio personal que no puede ser mancillado por los políticos y al cual podemos viajar para evadirnos. Al observar este esquema, hay que indicar que el texto posee una estructura inductiva, puesto que la tesis del texto se encuentra, precisamente, en esa invitación final.

Dentro de los rasgos más característicos del texto, en el plano morfológico cabe destacar que hay muchos ejemplos de formas verbales en presente de imperativo, pues intenta realizar diferentes exhortaciones al lector: “concédete” (L. 1). Hay, además, muchos casos de presente de indicativo, dado que trata un tema de actualidad: “agitan” (L. 6). Muchas veces la adjetivación o la sustantivación es de carácter valorativo, mostrando una actitud por parte del emisor: “incompetencia” (L. 10); “incapacidad congénita” (L. 10). También hay cierta presencia de sustantivos abstractos, dado que el texto entra más en conceptos e ideas: “política” (L. 2).

Por otro lado, en el plano sintáctico, se observa un predominio de la modalidad enunciativa o declarativa, pues es la más propicia para la transmisión de información. Hay, como se ha señalado, diferentes casos de modalidad oracional imperativa: “Te mereces un poco de aire limpio” (L. 1-2). La estructura sintáctica es compleja, pues se observan periodos oracionales largos con diversos casos de subordinación (a veces compaginados con otros periodos oracionales cortos): “Como si la política fuera… morir envenenado” (L. 2-5). No hay excesivos casos de conectores discursivos, quizás uno podría ser “Así” (L. 5), pero sí usa el emisor para hilar su discurso numerosas oraciones subordinadas adverbiales en función de modificador periférico: “Para viajar hacia esa república” (L. 20).

Finalmente, hay que destacar en el plano léxico-semántico que el vocabulario incluye diversos casos de connotaciones, a través principalmente de metáforas y comparaciones. Así, compara la política con el tabaco y señala que está intoxicando el aire, para indicar con la necesidad de aire libre la idea de descanso. También sucede ello con el término república como un espacio personal independiente, una metáfora que se debe deducir del contexto y muestra un uso dislocado de la palabra. En relación al campo léxico dominante del texto, se asocian, por un lado, los términos de política con negatividad: tabaco, incompetencia), y los de república con un espacio mental de evasión (isla alejada, balneario, alta montaña).

Por último, en el nivel pragmático, hablamos de cómo el texto cumple con las propiedades de adecuación, coherencia y cohesión. Respecto a la adecuación, vemos que la intención comunicativa del emisor es la de convencernos de una postura personal: la necesidad de escapar aunque sea momentáneamente de la saturación de las noticias sobre la actualidad política. Su actitud es seria y formal, pues busca hacernos reflexionar sobre la situación actual. En relación con la coherencia, ya hemos demostrado previamente mediante el resumen, el enunciado del tema y el esquema del texto que este presenta las ideas de forma clara y ordenada, como es habitual en los textos argumentativos. Finalmente, por parte de la cohesión, ya hemos destacado con el uso de modificadores periféricos.


Indica qué tipo de texto es.

De análisis realizado, se desprende, por una parte, que el texto de Manuel Vicent pertenece a los géneros periodísticos, puesto que fue publicado en el periódico nacional El País. Además, dentro de este género discursivo, pertenece a los géneros de opinión, donde se analiza y reflexiona sobre un asunto de actualidad: la realidad española. Dado que el emisor es un autor conocido, colaborador del periódico y firma el texto con su nombre, haciéndose responsable de las opiniones en el texto vertidas, se trata de un artículo de opinión. En ese sentido, pertenece el texto a la variedad textual argumentativa, porque el emisor defiende ideas personales. En este caso, es una argumentación sobre opiniones, pues su postura está más abierta a debate.


 

domingo, 7 de noviembre de 2021

 "Así fue, que yo lo presencié"

 

Hasta hace unos días, no tenía ni idea de la existencia de un periodista y escritor español llamado Javier Valenzuela. Pero hete aquí que buscando información sobre el porqué de la prohibición para que Vox en Gran Canaria clausurara su congreso, titulado Encuentro Frontera Sur, en Infecar (Instituto Ferial de Canarias), me encuentro con su nombre, con su firma, con un par de artículos suyos.

Demagogia, manipulación y mentira a partes iguales en los escritos de este individuo, progre entre los progres, mentor de perroflautas entre los mentores de perroflautas. Propalador de los lugares comunes de la progresía y el multiculturalismo, valga la redundancia. Periodista totalmente vendido al laicismo y a la siniestra Agenda 2030 del NOM. No más que esto me parece merecer este individuo.

Pero a lo que íbamos: yo estuve en el Parque Blanco de Las Palmas de Gran Canaria, en las inmediaciones del Parque de Santa Catalina, este pasado sábado 6 de noviembre, en una mañana de tímido y fresco sol otoñal. En las inmediaciones del emblemático Edificio Miller, un grupo de exaltados perroflautas (no debían llegar a 50 personas) proferían injurias, amenazas, chorradas, gansadas e insultos a la inteligencia y al más elemental de los respetos humanos. Acordonados por la policía, de no ser por esta no es descabellado suponer que habrían lanzado piedras contra la concentración legal de Vox (la de estos intolerantes, ilegal, y encima incentivada por dietas que les dan por ir a reventar los actos de la "extrema derecha").

Aunque ya sé que para ultraprogres como Javier Valenzuela la "extrema derecha es la culpable del clima de odio callejero, violencia, atropello a los derechos constitucionales y democráticos". Este mentiroso, o sea, progre, diría que también la extrema derecha de Vox y similares es culpable de los dos últimos asesinatos homofóbicos habidos en España. Mentira cochina, calumnia, y él lo sabe, pero le dará igual, porque la verdad les importa un pimiento. Viven de la confrontación, de generar división entre los españoles, del guerracivilismo, y de la destiladera de odio callejero por parte de grupos de descerebrados y desalmados antifascistas.

De modo que frente al desatado torbellino de improperios, calumnias, injurias, gansadas, amenazas, chorradas e insultos del grupo de perroflautas antifascistas, en el Parque Blanco, en las inmediaciones del Parque de Santa Catalina, Javier Ortega Smith y Santiago Abascal dejaban que fueran desgranándose las propuestas, las ideas, las verdades como puños... Desde luego, Vox será peor o mejor, podrá haber cometido y cometer mil y un errores propios de la condición humana (la envidia, el afán de poder, la ambición...), pero cada vez me parece comprender más claramente el alcanza del acerto que sigue, muy frecuente en las redes sociales, bitácoras y demás. A saber: "Solo nos queda Vox".

El baboso y sociata rotativo La Provincia-Diario de Las Palmas, vendido totalmente a los intereses de lo políticamente correcto o pensamiento progre, ni que decir que presenta una información sesgada del acto de este pasado sábado en Las Palmas de Gran Canaria. Como lo hará, sin duda, el periódico Canarias 7, y como lo harán asimismo, si es que cubren el acto, los periódicos El Día y Diario de Avisos, de la provincia hermana de Santa Cruz. Y como harán casi todas las bitácoras o revistas digitales que se mantienen en Canarias, honrosas excepciones aparte, en las que prefieren y preferirán seguir abonados al pensamiento progre, perrofláutico, globalista o políticamente correcto (de todas estas formas cabe denominarlo), marginando para ello cualquier atisbo de pensamiento crítico con el multiculturalismo, el laicismo y el izquierdismo pijorro.

Este escrito mío lo enviaré a no sé cuántas publicaciones (escritas y digitales), de esas que se inscriben en el ideario progresista -que son casi todas, como queda dicho líneas más arriba-. Ni que decir que no lo publicarán; prefieren y preferirán seguir publicando los escritos de politicuchos canarios vendidos al NOM.  

Solo que lo cierto es y será que, más allá de izquierdas y derechas, el mundo está cada vez más dividido en dos bloques, como certeramente han demostrado intelectuales de la talla de César Vidal. Es decir: o globalismo en el marco del Nuevo Orden Mundial, o patriotismo, pensamiento identitario y raíces cristianas de Europa, las cuales constituyen el fundamento de nuestra civilización.

 

7 de noviembre, 2021. Luis Alberto Henríquez: profesor de Humanidades, educador, bloguero, militante social, escritor. 

miércoles, 3 de noviembre de 2021

 
 "Las huestes del animalismo, siempre cabalgando"
 
 
 
Ojo a los cuatro últimos párrafos del artículo "Esta es la demoledora carta de un hombre de pueblo contra el animalismo del Gobierno" (revista digital Jara y sedal, 22/10/2021). Me permito reproducirlos en mi artículo, no sin antes recordar la obviedad de que los hago míos de quilla a perilla. 
 
Llevo años alucinando con las iniciativas entre totalitarias y prohibicionistas del llamado movimiento animalista, y, desde luego, llegados a las actuales alturas de toda esta historia ya he asumido sin mayor angustia existencial que para el grueso de los ideólogos del animalismo, el feminismo supremacista, el ultralaicismo, el globalismo hijo del NOM y, en definitiva, el izquierdismo aburguesado y pijo de salón, quien estas líneas escribe pasa por ser un carca de campeonato que defiende el derecho que tiene el hombre, desde los orígenes mismos de la especie humana, a cazar y pescar; a ejercer la ganadería, el pastoreo, la apicultura, la doma de animales, la canaricultura, la colombofilia y la colombicultura, la tauromaquia y la crianza y selección de perros destinados al arrastre de trineos.
 
Sin la caza que ya comenzaron a practicar hace varios millones de años nuestros antepasados aún recientemente bajados de los árboles, no seríamos en la actualidad Sapiens. Vamos con los párrafos en cuestión (cursivas nuestras):

 
No nos engañemos, lo que hay detrás de la futura Ley de Protección y Derechos de los Animales es un ideario radical, intolerante y totalitario, que se dedica a prohibir (nada menos que hasta 24 prohibiciones) todo aquello que se aleje de sus postulados ideológicos, algunos absurdos e incluso aberrantes. La defensa de sus ideas se apoya en falsedades, algunas tan burdas como asegurar que la “Declaración Universal de los Derechos del Animal” fue proclamada el 15 de octubre de 1987 por la UNESCO (para mi sorpresa, incluso aparece en el Preámbulo de la Ley 11/2003, de 19 de marzo, de Protección Animal en la Comunidad Autónoma de Aragón), cuando se sabe que se aprobó de forma unilateral por la Liga Internacional de los Derechos de los Animales, firmante en Londres de una declaración que después “proclamó en una sala de la sede de la Unesco en París”.

El momento es grave, ante nuestras narices se está despreciando, cuando no destruyendo, lo propiamente humano en aras de “lo animal”. Como aseguró el filósofo Francis Wolff durante el Simposio «Los animales y los hombres», que tuvo lugar en el Senado español el 29 de marzo de 2019: «El animalismo no es una radicalización de la protección animal, sino una animalización de la radicalidad». «El concepto de antiespecismo es absurdo. Si el antiespecismo significa que debemos tratar a todos los seres vivos sin diferenciar las especies es la negación de cualquier modalidad porque es poner en el mismo plano los hombres y los perros, y los perros y sus pulgas».

Es urgente que despertemos de nuestro letargo y tomemos conciencia de los destructivos movimientos ideológicos que hay detrás de estas leyes. Hace falta un clamor social antes de que sea demasiado tarde. Se está jugando con la dignidad y con el trabajo de amplios colectivos que no sólo disponen su vida con los animales y la naturaleza, sino que cuidan y aman lo que hacen. Sol, agua, viento, biomasa forestal y agraria, agricultura y ganadería. Nuestro territorio está lleno de oportunidades con acciones decididas y una buena legislación. Necesitamos tener nuestros montes pastados y ordenados utilizando su extraordinario potencial energético con grandes fuentes de calor a través de la biomasa. Bosques cuidados y no abandonados.

No es la España salvaje la que necesitamos sino la que nos hace distintos y mejores que los animales, la que corre el riesgo de perderse. No es el espíritu animal el que debe legislar. Nadie está preparado para cuidar su entorno si no quiere, ama y respeta lo más próximo y a sus semejantes… y no pienso precisamente en las pulgas.

 
Seguidamente, analicemos uno de los eslóganes típicos del ideario animalista. Reza así (lo de rezar va sin segundas; cursivas también nuestras):
 
 
Cada día que no consumes productos de origen animal estás salvando vidas.
Cada persona que adopta un estilo de vida vegano está protegiendo el planeta para las futuras generaciones.
El veganismo es el mayor acto de empatía, amor y respeto.
¡Somos un movimiento imparable!
 
 
Salvar vidas, ¿cómo que salvar vidas?  Este enunciado está viciado de raíz, pues salta a la vista que pretende equiparar, apoyándose para ello en el antiespecismo, toda vida (humana y animal) por el mero hecho de ser vida de animales sintientes, humanos y no humanos, según el término, sintientes, tan enarbolado por los animalistas. De modo que salvar vidas sí, pero sobre todo las vidas humanas; luego, las del reino animal. Vidas humanas, por cierto, que la inmensa mayoría de los animalistas no está precisamente por la labor de salvar, pues sabido es que lo menos el 99 por ciento de los animalistas debe ser partidario del aborto provocado (crimen atroz). Así que más despacio y con buena letra. 

¿Y con la salvación de las vidas de las minorías cristianas perserguidas y martirizadas en África, Asia y Oriente Medio están de acuerdo las huestes animalistas? En estos continentes se está produciendo un auténtico genocidio de la población cristiana, que en no pocos casos lleva 2.000 años en esos lugares, siendo no raramente la población originaria, antes de que fueran islamizados. Según ponen de manifiesto todos los datos de que se dispone, desde luego que no, pues el animalismo no centra su interés o foco primordial en la defensa de los derechos del hombre; y ciertamente cuando lo centra, lo hace en claves progres, laicistas, típicamente perrofláuticas, moralmente relativistas, irenistas, globalistas (afines a la Agenda 2030 impulsada por los organismos del NOM).  
 
Ergo los animalistas, al aplaudir la invasión migratoria que amenaza con destruir la Europa que hasta ahora conocemos (hija de Grecia, Roma y del cristianismo), manifiestan que les es completamente ajeno el drama de los miles y miles de cristianos perseguidos en África, Asia y Medio Oriente. Y sobre el drama de tantas mujeres violadas en Europa por inmigrantes ilegales africanos, o sobre la inseguridad ciudadana generada por la invasión migratoria sin control, lo que dan es la callada por respuesta. O el recurso a las etiquetas, palabras policía y sambenitos propios de la progresía; incluso por más que a esta siniestra y muy ruin progresía pertenezcan juntaletras moralmente perversos y diabólicamente sectarios como un tal Javier Valenzuela, a la sazón director de Infobae, plataforma digital desde la que dispara sus dardos envenenados en forma de mentiras, demagogias y mixtificaciones progres. Sí, los consabidos sambenitos, las etiquetas, las palabras policía: "facha, fascista, neofranquista, de extrema derecha, racista..."
 
Cada persona que adopta un estilo de vida vegano está protegiendo el planeta para las futuras generaciones. Falso. El animalismo, que no es para nada un movimiento ecologista, desencadenaría no solo hambrunas para la especie humana si se llevaran a la práctica sus delirantes reivindicaciones, sino que ocasionaría la práctica desaparición de numerosas especies del reino animal, y no solamente el toro de lidia entre las que desaparecieran, juntamente con ese rico ecosistema que son las dehesas en que se crían las reses bravas. ¡Hasta las ovejas, vacas y cabras domésticas correrían peligro de desaparecer!, pues al estar prohibidos por decreto el pastoreo y toda forma de ganadería, ¿quién iba a criar vacas, cabras y ovejas no para la producción de leche y carne sino en plan mascotismo? ¿Quién iba a criar gallinas no para aprovechar sus huevos, su carne y hasta sus plumas sino simplemente por mascotismo?

El veganismo es el mayor acto de empatía, amor y respeto. Vaya, y yo que creía que empatía, amor y respeto eran conceptos aplicados tradicionalmente a las relaciones humanas. Los animales merecen consideración, y ciertamente ciertas formas de empatía, amor y respeto desplegados por el hombre hacia ellos, pero como animales que son, esto es, como sujetos carentes de derechos al carecer de deberes. Los animales merecen respeto, consideración, cuidado, afecto y empatía en su animalidad, no en su digneidad (el término lo tomo de Xabier Zubiri y de su ontología y su visión de la antropología humana).

De manera que ha vuelto a dejarme perplejo este ideario. Y así las cosas y así mi estado emocional, he vuelto a ocuparme de muy similar manera a otras ocasiones, en el escrito que sigue, del impacto que imagino tendría la súbita y generalizada implantación en todo el orbe de las ideas de las huestes del animalismo. Antes, una advertencia: la radicalidad del animalismo es tal, que según fuentes propias del movimiento por mí consultadas, no están ni mucho menos del todo satisfechos y satisfechas con el nuevo Anteproyecto de Ley para la Defensa y Protección de los Animales que acaba de presentar el Gobierno social-comunista. Y no lo están porque les parece "insuficientemente defensor de los derechos de los animales", ¡échale hilo a la cometa! Agüita o casi nada al aparato. Un anteproyecto de ley percibido como radicalmente animalista por cazadores, pescadores, ganaderos, pastores, apicultores, agricultores y gentes del mundo rural, y por no pocos científicos, criadores de perros, dueños de zoos y tiendas de animales, etcétera, pero que por los animalistas más combativos es percibido como poco respetuoso con los legítimos derechos de los animales. 

Así que vamos con mi reflexión.
 
 
Si por los animalistas fuera (esto es, si estos fanatizados perroflautas gobernasen con mayoría absoluta en una hipotética Aldea Global, así distópica u orwelliana), se prohibiría la equitación, la cabalgadura sobre caballos, mulas, burros, camellos, elefantes, llamas, alpacas, vicuñas y demás cuadrúdedos rumiantes que el hombre ha usado desde la noche de los tiempos para cabalgadura (esto es, para carga y montura). La interacción del hombre con estas especies animales, durante milenios, desde el Neolítico hasta nuestros días, ha ido generando un inmenso y valiosísimo caudal de cultura, todo un acervo cultural de incalculable valor que estaría consenado a desaparecer o siquiera verse gravemente dañado y condenado a la parálisis, al ostracismo, si los delirios antihumanistas del animalismo tomasen definitivo y sobre todo mayoritario asientro en parlamentos, senados, alcaldías, órganos de gobierno locales...
 
Si los animalistas gobernasen con mayoría absoluta intentarían hacer desaparecer de la faz de la vieja piel de toro llamada España completamente toda la ganadería actualmente existente (aviar, porcina, equina, caprina, bovina, ovina...). Y asimismo en España, Portugal, Francia, Venezuela, Perú, Colombia, México y resto de regiones hispanas de tradición tauromáquica, acabarían prohibiendo la llamada fiesta nacional. Lo cual supondría una hecatombe económica, un desastre ecológico, la desaparición del toro bravo como especie animal, la más que probable desaparición de especies animales y vegetales asociadas al rico ecosistema de la dehesa en que se crían los toros bravos. Y además un ejercicio liberticida de totalitarismo que acarrearía una pérdida más que lastimosa en el núcleo mismo de nuestro acervo cultural hispano. Palabras de un canario, esto es, de un español nacido en una tierra en la que el toreo, desde siempre, ni fu ni fa.
 
Si los animalistas gobernasen con mayoría absoluta en todos los órganos de gobierno de esa distópica Aldea Global hija bastarda del Nuevo Orden Mundial, estaría terminantemente prohibido que los canarios y otras especies de pájaros de canto nacidos en cautividad (no te digo ya los ejemplares de especies de pájaros salvajes cazados desde la normativa del silvestrismo) alegrasen el día de tantas casas, a menudo entre macetas y tiestos de aromáticas y floridas plantas o en el marco florido y soleado de patios e interiores de viviendas.
 
Si los animalistas gobernasen con mayoría absoluta la distópica u orwelliana (o huxleyiana) Aldea Global que imaginamos, adiós colombofilia, colombicultura, canaricultura y, ni que decirlo, silvestrismo. Y adiós canódromos y carreras de galgos persiguiendo a la liebre campo a través. Adiós pesca deportiva con sabor a amistad y a sartenada de fresco "pescaíto" frito. Adiós perros adiestrados como lazarillos para personas ciegas, como rescatadores de personas sepultadas en situaciones de terremotos, explosiones y deflagraciones de edificios. Adiós peces en las peceras domésticas. Adiós esforzados perros tirando de trineos en zonas polares y esquimales. Adiós cientos de millones de abejas en todo el mundo, puesto que estaría prohibido el consumo humano de miel, con el consiguiente desastre ecológico que ello acarrearía. Adiós subespecie canaria de dromedario, pues ni uno solo de estos poderosísimos animales podría transportar sobre su joroba a turista alguno por zonas semidesérticas de nuestro territorio, ni tampoco podrían ser criados en zoos, pues estos también estarían prohibidos. Adiós vaca "de la tierra" canaria (desaparecería esta especie, que no produce mucha leche en comparación con otras razas como la holandesa o la irlandesa, pongamos) al haberse prohibido los concursos de arrastre y haberse prohibido que se lleve a las reses a las fiestas patronales como fuerza de arrastre de carrozas y carretas típicas. Adiós a los espectaculares fuegos de san Lorenzo en plena canícula, y a todos los fuegos artificiales de todas las fiestas patronales y de tradición católica celebradas, pongamos, sin ir más lejos, en Hispanoamérica y España (los animalistas plantean que se acaben prohibiendo porque asustan a los animales so pretexto o coartada de que sobre todo molestan a personas mayores y enfermas). Adiós a la especie del cochino negro canario (de carne exquisita), pues como se habría prohibido el consumo de su carne, ¿quién es el bonito que iba a criar cochinos solo como mascotas? Adiós a la subespecie de abeja negra canaria, adiós a la cetrería y a los animales en los zoos, acuarios y circos.
 
Adiós, para siempre adiós. En definitiva, adiós mundo rural, derrotado por ese movimiento típicamente urbanitas (desde luego, antiecológico, antieconómico, antihumano, antinatural, antilógico y antisentido común) que se hace llamar animalismo y que, al parecer, ha venido para quedarse, levantando mucho la voz, haciendo lío -que diría Jorge Mario Bergoglio, siervo de los siervos del Nuevo Orden Mundial-.
 
Desolador y abominante el panorama. Y desde luego, con politicuchos como los que padecemos actualmente en España (desde la PSOEZ hasta la CUP, desde los separatistas y proetarras catalanistas y vascos hasta los golpistas e independentistas de la Ezquerra Republicana Catalana, etcétera), no es descabellado imaginar que se vaya haciendo realidad una pesadilla como es con la que sueñan las huestes del animalismo, en medio del vendeval y caos de este mundo tan vacío de Dios, tan sumido en la apostasía y con una parusía que se avisora como inminente, según aseguran cada día más voces (amén de señales y evidencias varias).

 

jueves, 14 de octubre de 2021

"Texto resuelto (cohesionado)"



Texto:

Un día Marcos estaba caminando tranquilo por la calle y se encontró a Marisa, su vecina. Ella lo saludó y le dijo que un día tenían que tomar un café juntos.

Luego, Marisa se fue a su casa y se quedó dormida. Mientras dormía, tuvo un sueño en donde perdía a su perro. Por ese motivo, Marisa se desesperó y comenzó a buscar a su mascota pero este no estaba.

Después Marcos vió al perrito de su vecina y lo acarició. Al ver al perro, pensó en Marisa y se decía a si mismo que es era muy linda pero que no se animaba a invitarla al cine.

Como su mascota no aparecía, Marisa decidió no ir a trabajar para poder buscar a su amigo fiel. En aquella búsqueda, la mujer vió a su vecino con su perrito. Ella le agradeció, lo invitó a tomar un café y luego los dos fueron al cine.

En este último lugar, Marisa le contó a Marcos su sueño sobre la pérdida de su amigo canino y se rió. Él también afirmó que había tenido un sueño en el que encontraba al can, tomaban un café y eran felices para siempre.

Así se conocieron mis tíos.



Para escribir un texto cohesivo y coherente con esas oraciones se tienen que tener en cuenta:

No se pueden repetir las mismas palabras varias veces. Por este motivo se recurren a los sinónimos, los cuales son palabras que tienen significados parecidos. Así se reemplazan unas palabras por otras.El uso de la puntuación. El uso mayúsculas, tildes, etc. Una correcta ortografía. La conjugación verbal. El uso de nexos para enlazar las oraciones. Agregar algunas palabras adicionales para que el texto tenga sentido. Pueden ser adjetivos, adverbios, verbos, etc. Concordancia entre sujeto y predicado.Tener en cuenta las ideas que se quieren expresar. Concordancia entre las palabras en cuanto a género y número.


Entre otras.

lunes, 11 de octubre de 2021

 

"He aquí la Iglesia, que vive actualmente su Pasión"

Por Luis Alberto Henríquez





Según información del periodista argentino Nicolás Morás, en carta personal enviada a él mismo nada menos que por monseñor Carlo Maria Viganò,1 este, a la sazón exnuncio del Vaticano en USA, ya al parecer reconocería que Jorge Mario Bergoglio es un «hereje, usurpador del trono de Pedro». En la citada misiva y siempre según el joven informador y youtuber argentino, Viganò se atreve a llamarlo «un anticristo»; no dice el Anticristo, no, a tanto no llega, pero sí que lo califica de "un anticristo".



Esto es lo que sostiene en su canal de Youtube el joven periodista argentino Nicolás Morás. Sin embargo, el también comunicador, en este caso español, Vicente Montesinos, director de la plataforma de evangelización Adoración y Liberación, asegura que la filtración del argentino Morás sobre esa supuesta carta escrita de puño y letra por el mismísimo monseñor Carlo María Viganò es totalmente infundada y falsa; el propio Viganó, siempre según Montesinos, habría desmentido la veracidad de lo que sostiene Morás.



Comoquiera que sea, por razones que ignoramos -al menos quien estas líneas escribe las ignora- lo cierto es que monseñor Carlo María Viganò sigue aceptando que Bergoglio es Francisco, con lo cual sigue sin confesar que el Papa es Benedicto XVI. Para todo lo cual me fundamento en canales como Arturo, Periodista Católico, en sacerdotes como el italiano Don Minutella, o aun en canales también de Youtube como Radio Rosa Mística Colombia. Con lo cual lo que seguimos teniendo es que Viganò al seguir sin reconocer que el Papa continúa siendo Benedicto XVI, por más que echa pestes de Bergoglio, un día sí y otro también, no termina de dar el paso de reconocerlo como lo que es: un falso papa, antipapa, hereje, usurpador del Trono de Pedro.



Mayor confusión doctrinal, litúrgica, disciplinar y pastoral no cabe en la Iglesia de nuestro tiempo histórico, cuya crisis actual es probablemente más sangrante y grave que la sufrida en los primeros siglos del cristianismo, la llamada crisis arriana, a cuyo frente se situó un gigante de la fe, uno de esos hombres proverbiales, santos y sabios que el cielo manda a la tierra una vez cada 50 o 100 años (nos referimos a san Atanasio, Doctor y Padre de la Iglesia). 



Así, con trazos gruesos podríamos detectar que por una parte porfían en sus extremismos, intolerancias, fanatismos, rigorismos y herejías los sedevacantistas, que se han situado voluntariamente fuera de la comunión con la Sede de Pedro. A mi juicio, a estos dizque católicos, ni caso, por muchos que sigan siendo los anatemas e insultos que se empeñen en prodigar contra los católicos que sí aceptamos el Concilio Vaticano II y la consiguiente legitimidad de sus papas, se entiende que hasta Benedicto XVI. Los sedevacantistas deben ser un grupo de fanáticos con una comprensión de la dinámica de la Tradición completamente averiada y contraria al sentir de la Iglesia.



Luego estarían los lefebvrianos, más numerosos y organizados que los sedevacantistas. Estos en general son bergoglianos, esto es, aceptan a Bergoglio como Francisco, como papa legítimo, en buena medida porque el aceptarlo les da una coartada para segiir disparando contra el Vaticano II, que a lo que parece nunca jamás aceptarán, no en balde haciéndolo máximo y único culpable del desastre actual de la Iglesia. Estos tradicionalistas no en plena comunión con la Santa Sede están aglutinados en torno a la obra y herencia espiritual de monseñor Lefebvre.



En tercer lugar tendríamos a los tradicionalistas que, en muchos casos habiendo comenzado en las filas del lefebvrismo, han acabado viniendo a la plena comunión con Roma, aceptando al menos de boquilla o de boca para afuera el Concilio, por más que entre ellos aún haya más o menos simpatizantes de la causa de Lefebvre. En esta sensibilidad eclesial me parece que sigue habiendo una mayoría de católicos «oficialistas» que aceptan que Jorge Mario Bergoglio es Francisco (esto es, el Papa reinante actualmente en la Iglesia). Con todo, no me extrañaría particularmente llegar a la comprensión de que en este grupo hay cada vez más católicos convencidos de que el Papa sigue siendo Benedicto XVI.



En cuarto lugar contamos con los modernistas, también llamados progres, progreeclesiales, secularistas, liberales, o incluso progresaurios (dada la edad proterva de casi todos ellos). Son la izquierda pseudocatólica antimagisterio o Magisterio* paralelo. Son la izquierda pseudocatólica en la que no faltan voceros que siguen prefiriendo alinearse con la mugre asquerosa de Podemos y sus marcas y mareas blancas pero no impolutas de corrupción (Más Madrid, la Izquierda Anticapitalista de la andaluza Teresa Rodríguez, etcétera), con los separatismos criminales o con la PSOEZ (partido también conocido como PSOE y hoy por hoy, en plena efervescencia sanchista, convertido en una fábrica de enchufismo, estómagos agradecidos y general colocación de parados afines al partido) que es solo corrupción y mera corrupción, al precio de echar pestes contra VOX y resto de realidades afines. Son la izquierda pseudocatólica en la que prácticamente todos sus miembros o cuadros son voceros del globalismo y de la invasión migratoria. Por lo común no se manifiestan como profesantes de pasión por la verdad y sí por cada uno de sus kilométricos egos (a confeccionar pajas mentales, pocos les ganan). Ni que decir que estos siguen siendo entusiastas bergoglianos, y así lo ponen de manifiesto en sus sitios y espacios digitales, atrios, redes y demás plataformas. Entre estos además hay tipos de un narcisismo en verdad enfermizo, patológico, insoportable; individuos insufriblemente altaneros que se sienten y creen el ombligo del mundo, en su soberbia, petulancia y vanidad, en su descarado afán de protagonismo, desde el que desprecian a los demás, sintiéndose superiores tras una máscara de solo aparente humildad, bonhomía, solidaridad y bla bla bla con los pobres. Pasteleo: son pequeñoburgueses; son la vanidad personificada, y su afán de protagonismo llega a las estrellas. Se creen que se lo merecen todo y que los demás deben aplaudir invariable y en todo momento sus ocurrencias orales o escritas.



Por último, en quinto lugar estarían todos los que, tan pecadores y falibles como los adscritos a los cuatro sectores o sensibilidades eclesiales anteriores, reconocen que el Papa sigue siendo Benedicto XVI. Aceptan el Concilio Vaticano II, aceptan a los papas de este Concilio. Ni que reconocer habría que con este sector o grupo es con el que me identifico plenamente. De manera que lamento que algunas personas que me lean, y así lleguen a conocer mi posición eclesiológica actual -que por otra parte es la de siempre, cum Petro et sub Petro-, puedan sentirse desilusionadas con mi ubicación eclesial, si es que de mí esperaban otra clase de lealtad.  Comoquiera que sea, cum Petro et sub Petro (en la persona de Benedicto XVI) es como deseo vivir mi fe católica, apostólica y romana, con esperanza y caridad sobre el muy proceloso vaivén de estos tiempos de apostasía máxima que, sin duda, parecen los tiempos últimos, apocalípticos, preparusiacos.



Postdata. Ya fuera de los límites visibles de la Iglesia, también habría que considerar a todos los que, siendo legión desperdigada por la vieja piel de toro llamada España, viven al margen, a menudo totalmente, del sentir de la Iglesia. Serían todos esos hijos e hijas alejados a los que la propia Iglesia, siempre madre y maestra, considera sujetos para la nueva evangelización. Personas, personajes y personajillos que, en vez de construir el Reinado Social de Cristo, o lo que es lo mismo, el Reinio de Dios y su justicia (la Ciudad de Dios agustiniana), construyen la Ciudad Secular, el antirreino de Dios. Son los Pedro Sánchez de turno que por trepar, enriquecerse y sentir la erótica del poder están dispuestos a lo que sea, incluso a prometer el llamado bono joven o bono cultural de 400 euros a los jóvenes a las puertas de cumplir los 18 años, en un descarado intento de comprarles el voto, su primer voto, su estreno democrático. Son los Antonio Miguel Carmona de turno y su fraudulenta ética socialista, que se diluye como un azucarillo en el café cuando alguna puerta giratoria y eléctrica asoma con sus muy tentadoras antenas. Son el Pablo Iglesias, el Errejón, el Kichi, la Teresa Rodríguez, la Adriana Lastra, el Gabriel Rufián, la CUP, el Alberto Rodríguez y la Colau de turno que, de no ser por la politiquería a la que han llegado, casi siempre con malas artes, con el propósito principal de trincar, no serían como mucho sino vocales de una asociación de vecinos. Son las Irene Montero de turno que, carentes de cualquier argumento que merezca tal nombre, no condenan las agresiones sexuales a mujeres cuando estas no son progres, podemitas y sí más bien parecen ser simpatizantes de lo que ellas mismas llaman "extrema derecha fascista" (en descarada referencia a Vox), y además son cometidas por manadas de ilegales, casi siempre magrebíes. En tales casos, a estas bocaburro (la expresión la tomo prestada del léxico insobornable del comunicador tinerfeño Pepe López) lo que les da es por criticar el fascismo y la extrema derecha (en descarada referencia a Vox) que amenaza la democracia en España, que amenaza las libertades constitucionales... cuando en verdad los únicos que amenazan la libertad, la justicia social y los valores constitucionales y democráticos son los filoetarras, los separatistas catalanes y los podemitas con sus ya 15 cargos públicos, que se dice pronto, imputados por lo social, lo civil y lo penal. 



Y no lo perdamos de vista ni un segundo: en Canarias hay un llamado “pacto de las flores”, que ponderan sus adalides como pacto de progreso y de cambio para Canarias. Se trata de un pacto de gobernabilidad firmado por PSOE, Nueva Canarias, Sí Podemos y Agrupación Socialista Gomera, partido este último del gran cacique Casimiro Curbelo, quien resulta que tiene la llave de la gobernabilidad en Canarias. En fin, todo esto en vísperas del Día del Pilar y de la Hispanidad, de modo que ¡viva la madre del Señor, quien es el camino, la verdad y la vida, el Hijo del Dios vivo, la segunda persona de la Santísima Trinidad, que es el Dios Uno y Trino! Y viva la Hispanidad frente a la mezquina y fraudulenta Leyenda Negra en la que creen personajes como Andrés Manuel López Obrador (AMLO para los amigos), actual presidente de mi admirado México, ¡y el mismísimo Jorge Mario Bergoglio parece creer también, madre mía!




1No hace ninguna falta reconocer que monseñor Carlo María Viganò sabe mucha más teología que yo y que probablemente sea mucho mejor católico que quien estas líneas escribe. Y tan amigos. No me gustan sus formas que me parecen conservadoras, ni que al parecer haya que preferir llamarlo “excelencia, eminencia”, pues considero que lo más evangélico es lo que reivindicaban los obispos que tras finalizar el Concilio Vaticano II firmaron el llamado Pacto de las Catacumbas (entre estos estaba el famoso Dom Hélder Cámara). A saber: “Como obispos nos comprometemos a llevar un estilo de vida sencillo, modesto, alejado de las formas de poder. Un modus vivendi y modus credendi que no aparezcan como distantes, imperiales, principescos, clericales, clasistas. Nos comprometemos a vivir sencillamente en medio de la comunidad del Pueblo Creyente”. Esto un obispo como nuestro estimado Ramón Echarren se lo tomó en serio, de manera que a todos decía que lo tutearan (llámame Ramón, solía decir), por más que luego fumara en toda tu cara cigarrillos muy elegantes y caros, incluso aunque te molestara el humo, o se alineara claramente con la socialdemocracia. Tampoco estoy reivindicando el tuteo generalizado a los eclesiásticos, menos a los obispos y cardenales, solo que considero que llamar monseñor a un obispo ya es suficientemente respetuoso, o llamarlo don Fulano o Mengano. No más. El 99,5% de mis alumnos me tutea, todo el mundo me tutea, casi todo el mundo. Y siempre he imaginado que si yo fuera o hubiera sido cura, me seguiría gustando que me tutearan y que nada me impediría o habría impedido entrar a una cafetería a tomarme un café o una cerveza, de cuando en cuando, ni habría dejado o dejaría de seguir las músicas y el cine que me interesan y gustan. Pero a lo que íbamos: no comparto su rechazo del Vaticano II y de la reforma litúrgica resultante de este (es la postura teológica y eclesiológica de D. Carlo María Viganò), pero sí que me convencen sus críticas permanentes a la deriva de la Iglesia actual sumida en la apostasía y el caos doctrinal, litúrgico y disciplinar. Y me convence su permanente crítica a la doctrina católica adulterada de Jorge Mario Bergoglio. No obstante, ¿cuántos obispos valientes como Viganò hay actualmente en la Iglesia? Escuchas y lees a este o a aquel o a aquel otro, y todos coinciden en cerrar filas en torno a quien es, para Viganò, el máximo responsable actual del extravío de la Iglesia. Y lo que es aún peor: si te alineas con alguien como monseñor Viganò, por más que no del todo por su filolefebvrismo pero sí que al menos en su encendida crítica al desastre de esta jerarquía que parece servir no a Cristo y su Iglesia sino al Nuevo Orden Mundial, entonces barruntas lo peor, porque temes que desde la propia Iglesia te vayan a desacreditar, a desautorizar. Naturalmente, los dizque católicos encendidamente vanidosos, prepotentes, soberbios, patológicamente narcisistas, en su descarado y deleznable afán de protagonismo y de creer sabérselo todo también van a pasar olímpicamente de uno, que para eso te miran con total desprecio.

miércoles, 15 de septiembre de 2021

"Aunque lo confiese el mismísimo Pedro Manuel Guerra Mansito"



Suele afirmar el cantautor canario Pedro Guerra, afincado desde hace varias décadas en Madrid, que a él lo que se le sigue indigestando es la injusticia imperante en el mundo. Ergo, él pertenecería al sector de los ateos que lo son por causa de la injusticia sobreabundante en nuestra tierra; por causa principal, se entiende, del mal reparto de la riqueza.


De educación tradicional católica en el antaño de su adolescencia y apenas amanecida primera juventud temprana, hogaño Pedro Guerra se confiesa ateo; progresista ateo. Dicho más precisamente, de esa clase de ateos dedicados a la canción de autor, el cine, el arte, el mundo de influencias de Youtube, el espectáculo y la creación literaria a quienes empero sin ningún impedimento invitan, convocan y contratan para los actos festivos en honor a la Virgen o a los santos, en tanto a otros autores sí confesantemente católicos ningunean, obvian, desprecian, marginan.

Una primera observación, celebrado cantautor. Si Dios no existe, que es en lo que tú crees, habrán ido al pudridero lo mismo María del Carmen Alejandra Cabrera Llergo que sus verdugos: María del Carmen Alejandra Cabrera Llergo, por el simple "delito" de ser católica en la España de la Segunda República y la Guerra Civil; sus criminales verdugos, por el odium fidei que los impulsó, desde la militancia izquierdista más feroz, a ejecutar la, según no pocos estudiosos,  mayor persecución religiosa desatada contra la Iglesia  luego de las persecuciones contra el cristianismo alentadas por el Imperio Romano en la hora inaugural de nuestra fe, cimiento indiscutible de todo Occidente. 

De manera que de ser cierto el ateísmo, Pedro, el mal tendría la última palabra, la injusticia, la maldad, la ruindad moral. Y de ser finalmente así, al menos yo no podría evitar una vez más esa suerte de sensación radical de contrariedad o disconformidad porque toda vida humana a su paso por este planeta llamado Tierra tendría como único horizonte final el guiño faltal del absurdo, de la injusticia radical, del sinsentido.


Si todo acabase como tú sospechas, sientes o sugieres, paisano Pedro, definitivamente no podría haber una justicia reparadora y póstuma para María del Carmen Alejandra Cabrera Llergo, celebrado Pedro Guerra, víctima que fue ella del odio contra la fe católica desatado con saña sin igual por movimientos de izquierda (de estirpe socialista, comunista y anarquista) en cuyo seno yo mismo fui destetado para la lucha militante y con los que, es de suponer, tú sigues identificándote. Como tampoco la habrá o la habría para millones de víctimas inocentes que a lo largo de los siglos de historia de la humanidad han sufrido la injusticia radical de ser abusadas, atropeyadas, vilmente asesinadas.


De manera que la existencia de Dios sería sobre todo una buena noticia para los que sufren toda clase de injusticias, todo ese mal reparto de las riquezas, cosa que parece que a ti te quita el sueño, paisano. Que el sufrimiento, la injusticia, la enfermedad y la muerte pueden hacer que se tambalee nuestra fe en la bondad, justicia y providencia de Dios, pues sí, que no en balde somos débiles, vemos como a través de espejos y el Maligno, ciertamente, nos tienta… Solo que sin Dios la muerte, la enfermedad, la injusticia, el sufrimiento y la múltiple explotación del hombre por el hombre tendrían la última palabra. Serían el sello definitivo de todas las respuestas.


Si Dios no existe, Pedro Guerra, que es en lo que tú crees y lo que cantas en tus canciones, todo tan progre, tan multiculturalista, tan políticamente correcto -al tiempo que a los autores más o menos literarios y artísticos que se confiesan católicos les cierran el paso hasta en los ambientes eclesiales, en los que tengo entendido que no te lo cierran a ti, ni a otros perroflautas del tamaño del galdense Arístides Moreno (1), pongamos -, tendrán como único destino final el pudridero lo mismo el más vil y no arrepentido asesino genocida que el pobre niño de cinco añitos muerto por hambre o por cualquier otra atroz injusticia.


Si Dios no existe, paisano Pedro Guerra, hombre progresista tú, de izquierdas, globalista y ateo, irán al pudridero lo mismo el recientemente fallecido Manuel Rubén Abimael Guzmán Reinoso (de alias o  nombre de guerra, "camarada Gonzalo") que cualquiera de las más de 30.000 víctimas mortales ocasionadas por el Diablo o la Bestia (así era conocido y sobre todo temido el marxista leninista y maoísta Abimael Guzmán, fundador del peruano grupo terorista Sendero Luminoso). Entre esas víctimas ocasionadas por el delirio criminal del considerado mayor genocida de toda la historia del Perú, muchos niños despiadadamente arrancados de sus padres y madres, muchas mujeres embarazadas vilmente violadas y finalmente despedazadas, muchos campesinos sádicamente asesinados.  


Por último, me gustan tus canciones, y es de suponer que me seguirán gustando. Eres un hombre sensible, lírico, emotivo. Y de paso me gustan también las canciones de la mayoría de los que son de tu cuerda (de la llamada canción de autor), de ayer, de hoy y de mañana. Porque no en balde soy tan melómano que lo mismo me sigue fascinando John S. Bach que el llamado rock sinfónico, lo mismo el blues de la América profunda que los clásicos del jazz, lo mismo el folklore internacional que la música popular brasileña (MPB). 


Sin embargo, me permito decirte que tu ateísmo no tiene nada que hacer frente a la apologética católica de un joven tan deslumbrante y genial como el peruano Dante Urbina, cuyos vídeos en Youtube te recomiendo. Y también los del analista y politólogo argentino Agustín Laje, entre otros varios autores que te podría recomendar (te recomendaría asimismo, ahora que lo pienso, el canal de Youtube Arturo, Periodista Católico). Los tres jóvenes (Arturo es de tu quinta, como lo soy yo), representantes de la batalla cultural en pro de un catolicismo sin complejos y una derecha no maricomplejines. Y en todo momento reconociendo tú por lo menos, Pedro Guerra, que con tu ideología tan progresista, tan políticamente correcta, juegas a favor de la corriente (a favor de la Agenda 2030 del NOM). Pues no en vano los que nos confesamos católicos fieles a la Tradición, la Sagrada Escritura y el Magisterio, y por ende nos confesamos identitarios y patriotas, somos hoy por hoy los marginados, los mal vistos, los señalados como "fachas, fascistas, cavernícolas, católicos con cara de pepinillos en vinagre, católicos rígidos, homófobos, xenófobos y neofranquistas".


Despreciados así, Pedro Guerra, comprenderás que los aplausos, condecoraciones, premios, felicitaciones y oportunidades casi todas se los lleve la aduladora corte de  cultivadores del nihilismo y la postmodernidad, la decadencia moral, el ateísmo práctico, la llamada postverdad, el solipsismo y el pensamiento progre en torno a la políticamente correcto; todo a juego con la decadencia moral imperante, la crisis de Occidente, la apostasía desatada, la masonería infiltrada en la cúpula de la Iglesia y los planes perversos del Nuevo Orden Mundial. 


Despreciados así, Pedro Guerra, comprenderás que se nos cierren casi todas las puertas. Más te digo: tú mismo, que resides en Madrid y que hoy por hoy estarás próximo al comunismo elitista o pijo, me figuro, tienes cancha y puertas abiertas en nuestra tierra canaria cada vez que decides venir a cantar o a hacer activismo multiculturalista, que es lo tuyo (esto es, justificación de la invasión migratoria; justificación del eclipse de la civilización occidental de raíces cristianas). Pues total, los que detentan el Gobierno de Canarias también son representantes de ese comunismo elitista y pijo socialcomunista. 



(1) En fin: contradicciones e incoherencias de una sociedad que habiendo  dado la espalda a Dios chapotea en el neopaganismo y la apostasía. Contradicciones e incoherencias de no pocas personas se supone que vinculadas a la Iglesia pero en verdad ligadas o rendidas a la mundanidad. De modo que ante todo esto, distinguido Pedro Guerra, si la última palabra -como colofón de la terrenal historia hacia el apogeo de la beatífica eternidad- no la ha de tener Dios, que es el sumo bien, y sí que el mal saldrá triunfador, el mal radical acabará teniendo la última palabra, esto es, se saldrá con la suya, esbozando por toda la eternidad como una suerte de burlona y mortal sonrisa de cinismo.



15 de septiembre, 2021. Luis Alberto Henríquez: profesor de Humanidades, educador, bloguero, escritor, militante social.




miércoles, 8 de septiembre de 2021

"De una javierada a otra (o cómo es el pulso de la apostasía en la Iglesia)"


Este sábado se cumplió un año del inicio de esta ficción muy real, un año desde que el presidente Pedro Sánchez anunciaba un estado de alarma que sonaba a guerra. Y ayer se celebró la segunda Javierada oficialmente suspendida -la primera fue la semana pasada-, desde que se instauró en 1941 esta peregrinación al castillo de Javier. El año pasado no llegaron a cancelarse. Pese a las recomendaciones de este 2021 de las autoridades civiles y eclesiásticas de no peregrinar a Javier, la tradición, la fe o el deporte pudieron con el virus y las recomendaciones, y el castillo que vio nacer a Francisco de Jaso y Azpilicueta en 1506, a San Francisco de Javier, congregó ayer a centenares de personas.

Información sobre la Javierada 2021 (crónica fechada el 14/3/2021).


Ciertamente, lo que me sorprende más de la deriva del ya exobispo catalanista o catalufo Javier Novell no es tanto que haya colgado hábitos y mitra por el amor de una mujer; lo que me sorprende es haber conocido, a través de los medios de comunicación, la identidad de la mujer elegida para dar un volantazo tal a su vida y así emprender un nuevo rumbo. Lo cual es lo mismo que afirmar que «la mujer del obispo» no es una mujer con reputación de católica practicante precisamente, pongamos que soltera, militante de la causa del Dios Uno y Trino, fiel a nuestra patria, que es España. No, ni modo. El señor Javier Novell, a todas luces va y se enamora de una muchacha divorciada, de trayectoria más bien secularista, mundana, tal vez catalanista, emparejada en su momento con un ciudadano marroquí ni que decir que musulmán, madre de dos hijos, y escritora de al menos dos novelas de altísimo voltaje erótico, blasfemo, irreverente y hasta satánico.

Mis respetos hacia el aún eclesiástico Novell; iguales respetos hacia la psicóloga, escritora y joven madre catalana Silvia Caballol: lo que ellos hagan con sus respectivas vidas a partir de ahora no es asunto mío. No soy quién para juzgar; yo también soy pecador, no estoy libre de pecado como para tirar la primera piedra, pero… Pero no puedo dejar de reflexionar en voz alta, al precio incluso de compartir esta reflexión. A saber: «monseñor» Novell, ¿qué es para usted la familia cristiana, católica para más señas, como núcleo de amor esponsal que busca la santificación de los esposos? ¿Qué significa para usted, estando en una relación con una mujer al parecer nada católica y además divorciada de un ciudadano marroquí, o sea, musulmán (ni que recordar así las cosas que fiel de una religión que es enemiga declarada de Cristo y de su Iglesia), que la familia cristiana es Iglesia doméstica, escuela de solidaridad, experiencia de amor esponsal fiel y abierto generosamente a la vida (tener hijos, según el don de Dios)?

A este respecto, he conocido a varias monjas de clausura, exclaustradas y reducidas al estado laical por diversas circunstancias personales que ahora no vienen a cuento. En todos los casos las susodichas me han confesado confidencialmente: "Yo, la verdad, luego de haber sido esposa del Divino Esposo, como que siento que la vocación al matrimonio, que es sin duda muy buena, que es un sacramento y que es verdad que nos santifica, como que se me hace poco ". Me parece que nunca olvidaré estas confidencias. Porque expresan en buena medida una verdad radicalmente católica: la preclara dignidad de ese tesoro de la Iglesia que es la consagración a Cristo en la vida de castidad perfecta por el Reino. Aceptación que por mi parte no significa en modo alguno la mirada con desconfianza al estado de casados, que también es una forma de buscar ser santos desde la común llamada a la santidad propia de todo bautizado. De suerte que la Iglesia ha proclamado solemnemente la santidad de algunos matrimonios católicos: san Isidro Labrador y su esposa santa María de la Cabeza, los padres de santa Teresita de Lisieux, entre otros. Pero nombrados estos casos salta a la vista una radical diferencia: los cuatro santos citados vivieron su vocación al matrimonio desde la plena aceptación de la gracia, en perfecta comunión con la doctrina de la fe de la Iglesia, en indubitable perspectiva de aceptación de la providencia de Dios. Reconozco que por mi parte estoy a años luz de la ejemplaridad de vida de los cuatro santos citados, pero aquí y ahora no se trata de mis mediocridades como católico y sí más bien de ocuparnos del caso del exobispo Novell que ha saltado recientemente a la opinión pública. 

Todos nos equivocamos, somos pecadores todos; yo que estas líneas escribo el primero. Todos tenenos el derecho (y aun el deber) de buscar la verdad, la felicidad, la justicia, la libertad, la realización personal… De acuerdo. Usted ha sido obispo de la Iglesia de Cristo; ha decidido dejarlo todo por una mujer. No es un paso el suyo como para tirar voladores, como para prorrumpir en aplausos y felicitaciones para todos, pero bueno, ya que lo ha hecho, yo al menos le deseo toda clase de éxitos personales y felicidad. Empero, el daño y un nuevo episodio de descrédito a la Iglesia ya están hechos, ¡como si tuviera pocos la Iglesia de nuestro tiempo histórico, constantemente sacudida por escándalos de todo tipo! Solo que insisto, permítame, aunque sigo reconociendo que no es asunto mío: en su paso dado me cuesta adivinar el deseo de construir una familia cristiana fiel a Cristo y a su Iglesia según la enseñana de sus pastores, de Juan Pablo II, por ejemplo, gran impulsor del Evangelio de la vida y de la familia.

Y esto es lo que me quita el sueño: la demoledora apostasía que se está viviendo en la sociedad, en el mundo entero, urbi et orbi, y en la Iglesia. De modo que no defiendo el paso dado por el obispo Novell de abandonar su ministerio de pastor en la plenitud del orden como obispo (sucesor de los Apóstoles), pero sí que me sigue desconcertando que la mujer elegida no sea una mujer de convicciones confesantemente católicas, discípula por ende de Cristo y de su Iglesia, soltera, patriota, hija de España o de la patria que sea si no es española. Esta joven mujer llamada Silvia Calballol me merece todos los respetos, y desde luego no es asunto mío lo que ella haya hecho con su vida, ni tampoco lo que vaya a hacer a partir de ya, probablemente en compañía de su nueva pareja el exobispo Novell. Pero es que Novell no es cualquier cosa sino que ha sido en las últimas décadas, nos guste más o menos, una figura importante de la Iglesia que peregrina por España. Ha sido nada menos que sucesor de los Apóstoles. 

¿Será todo mera casualidad o será más bien porque en Cataluña ya es que no deben ni quedar mujeres jóvenes católicas, señor Novell, en gran parte porque el separatismo catalanista que usted siempre ha abanderado se ha encargado de vaciar los templos, las iglesias, los seminarios, los noviciados, las conciencias mismas?


Postdata. A decir verdad, nada me extrañan estos hechos en el seno de la Iglesia, así que ilustremos o abundemos más con mi propia experiencia. Llevo varios lustros en la enseñanza pública. En la misma, he conocido a docentes de Religión católica descaradamente burócratas, laicistas, abiertamente gais, sociatas, globalistas, conformes con la ideología de género y el feminismo supremacista, podemitas, o convivientes maritalmente en unión libre; militantes católicos enamorados de Cristo y de su Iglesia, en plena comunión con la Tradición, el Magisterio y la Sagrada Escritura, contados con los dedos de una mano y...

Y para no variar ese siniestro personaje llamado Pablo Iglesias (el Chepas para los amigos y no tan amigos), comunista bolivariano, nuevo rico y exvicepresidente del Gobierno de Pedro Sánchez, mucho bla bla bla advirtiéndonos del peligro de la arribada a España de la extrema derecha antidemocrática financiada por los grandes poderes económicos y cierta disidencia política iraní (en clara referencia a Vox), y el nota resulta que procede de Podemos (comunismo bolivariano totalitario, de cuya narcodictadura ha recibido financiación), es ateo (enemigo de Cristo y de su Iglesia), abortista, laicista, defensor del feminismo supremacista, el marxismo cultural, la ideología de género y partidario de la eutanasia (hostil por ende a la civilización cristiana, a la Ciudad de Dios agustiniana), y empleado ahora del comunista multimillonario Roules y su oligopolio informativo (o sea, enemigo acérrimo de la libertad de expresión). Solo que todo este material daría para otro artículo.


8 de septiembre, 2021, festividad de la Virgen del Pino, Patrona de la diócesis de Canarias y de toda Gran Canaria. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, bloguero, escritor, militante social.