martes, 7 de mayo de 2013

"Fiel a la Iglesia católica, pese a todo: pese a mis muchos pecados y tentaciones, pese a los de la propia Iglesia (CXXXV)"


Cómo tu pan te puede estar matando...

Probablemente muy cierto; ya lo declaran los más viejos del lugar: "Ya el pan de ahora no sabe como el de antes"... Como que casi nada es como antes, para bien y para mal.

Pero no lo es menos que cientos de millones de personas en este mundo ni siquiera tienen acceso a pan de la peor clase, ni a agua potable, ni a frutas o verduras en buen estado... En Europa somos unos "privilegiados" por poder comer pan normal, con aditivos que encienden la alarma de las más preocupados por la salud a través de la gesta de alimentos ; en el llamado Tercer Mundo, cientos de millones de personas se mueren por no tener ni de este pan nuestro de cada día que comemos con ciertos aditivos chungos.

Salud (a pesar del pan) y paz. Salud y paz para este mundo que parece radicalmente absurdo: un puñado de docenas de miles de personas nadan en la más absoluta de las abundancias materiales (les sobra de todo, y acaso les falte felicidad, o felicidad de la buena, pero también puede que la atesoren), mientras cientos de millones de personas darían lo que fuera por unos panecillos con aditivos chungos; algunos millones de personas también nadan en la abundancia, mientras en España ya son 6.200.000 los parados...

Sin Cristo recapitulador de todas las realidades al final de la historia, en la llamada consumación de los tiempos, no encuentro sentido satisfactorio a este mundo; es más, es con el apoyo Cristo y a veces cuesta encontrar un sentido a este permanente absurdo existencial, al pertinaz sinsentido que se empeña en gobernar este mundo.

Luis Henríquez. 7 de mayo, 2013.

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