lunes, 4 de agosto de 2014

"Bien dicen de Demetrio Fernández"

La Iglesia está mundanizada-endemoniada. Radicalmente por cierto, a lo bestia. Con independencia de la categoría pastoral de este obispo, valga la expresión, que no pongo en solfa; y que incluso alabara…

Y lo está, mundanizada-endemoniada, por una causa que ya uno empieza a estar cansado de señalar, Dios quiera que desde una cierta conciencia profética. A saber: porque el espíritu mundano y las asechanzas del Maligno han ido reemplazando la fidelidad a Cristo y a su Iglesia: Evangelio, Tradición, Magisterio.

Por eso, puedes ser burócrata antimilitante (o sea, ciudadano o ciudadana políticamente correctos, a juego con la mentalidad descristianizada imperante), tibio en la vivencia de la fe (“A los tibios vomitaré de mi boca”, dice el Señor), mundanizante (o lo que es lo mismo, secularista, laicista), arribista (es decir, trepa, carrerista) y antinatalista de mentalidad neoburguesa, y aun así vivir en lo profesional de la Iglesia.

El que esto suceda en la Iglesia, “a lo bestia” en los tiempos que corren, es una ignominia que no arregla ni el buen nivel episcopal -seguimos suponiendo o afirmando que así en efecto es- de obispos como monseñor Demetrio Fernández. Y como resulta que de tanto quejarse uno de esta realidad de hipocresía, incoherencia, nepotismo y mundanización eclesiales, lo que se va a lograr es que -casi inevitablemente- te cataloguen algunos de resentido, envidioso, odiador, cátaro, fanático y fundamentalista enemigo de la Iglesia…idem supra

De modo que yo mismo experimento un sentimiento agridulce ante el testimonio de -sigamos suponiendo y afirmando que es un buen obispo- un pastor como D. Demetrio. Buen pastor, sí, vale, bendito sea Dios (¡y ojalá hubiera muchos más como él y hasta mejores!), pero la Iglesia católica en España azotada por la más patética de las mediocridades… La Iglesia universal asechada por el Maligno a tope, hasta el fondo, hasta el carbunco, según la expresión coloquial.

En fin: el drama de esta Iglesia mundanizada, endemoniada, descatolizada. De modo que bendito sea Dios por obispos como D. Demetrio Fernández, o como monseñor Munilla o monseñor Iceta, también entrevistados por Infovaticana. Y también bendito Dios en la acción santificante de su Espíritu por las buenas vocaciones sacerdotales, religiosas, por los santos matrimonios cristianos sensibles a la espiritualidad conyugal, la caridad cristiana y la pasión por la justicia, amén de por la acogida generosa de los hijos como don de Dios que son.


4 de agosto, 2014. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.

No hay comentarios: