jueves, 27 de noviembre de 2014

"Sobre el alcance del laicismo"


Es cierto lo de Podemos con respecto al discurso del papa Francisco ante el Parlamento Europeo. Discurso que sin embargo ha provocado reacciones contrarias, entre algunos sectores de mentalidad beligerantemente laicista: verbigracia, algunos eurodiputados españoles de Izquierda Unida, que perpetraron el gesto de levantarse y abandonar el hemiciclo, nada más abrir su boca el Papa, y desde luego también otras voces más o menos mediáticas de izquierda. Solo que el Romano Pontífice ha dicho más que esa crítica a los poderes financieros, que tanto parece haber gustado a Pablo Iglesias y a Podemos; Francisco ha hablado de que Europa debe volver la mirada y la voluntad hacia sus raíces cristianas. Para acabar reencontrándose consigo misma. Y de esto no ha dicho ni pío Pablo Iglesias; ni lo dirá, pues no está entre sus intereses ideológicos ni espirituales. Y también el Papa ha recordado el deber de respetar la vida, criticando fuertemente lo que el papa Bergoglio llama la cultura del descarte. Y tampoco Pablo Iglesias ha dicho esta boca es mía al respecto, pues como es bien sabido, Podemos apoya el aborto, la homosexualidad, el divorcio, el laicismo antinatalista, la eutanasia. Muy al contrario: otro de los líderes de Podemos, Pablo Echenique- que es el eurodiputado que va en silla de ruedas-, endilgara nada menos que un cero al papa Francisco porque entiende que este, como toda la Iglesia católica, se opone al reconocimiento de los derechos de los colectivos homosexuales, bisexuales, transexuales, pansexuales y queer.idem supra

De modo que no todo lo que hace y dice y propone y preside y estimula y lleva a la oración y a la misa diaria el papa Francisco es malo malísimo de toda malignidad.

A mí también me desconcierta que en efecto, como señala en un artículo suyo don Francisco José de la Cigoña, muchos de los vítores y aplausos al papa Francisco procedan de sectores sociales alejados de la Iglesia, o hasta enemistados con ella, y de sectores dizque eclesiales que son laicismo y mundanismo a lo bestia, al tiempo que arrecian las voces católicas que, fieles a la Tradición, al Magisterio, al Evangelio, analizan con preocupación no pocas de las iniciativas y palabras del Papa argentino. Yo mismo comparto en no poca medida tal preocupación; mejor, tal perplejidad.

Pero insisto: no me importa que los de Podemos afirmen compartir aspectos del discurso del santo padre Francisco ante el Parlamento Europeo, pues de siempre se ha sabido que la Doctrina Social de la Iglesia es vista con simpatía por amplios sectores de la izquierda. Y yo mismo me considero de izquierdas, más que de derechas, sin ser propiamente ni de izquierdas ni en rigor de derechas: seré de izquierdas en tal asunto o en tal otro, y de derechas en otros aspectos. De resultas que tal identificación de Pablo Iglesias con ese discurso del papa Francisco dado en el marco aconfesional y laico del Parlamento Europeo a mí no me molesta, en absoluto, pues bien sabido tengo que luego en lo tocante a moral personal, moral sexual, defensa de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, defensa de la familia como alianza de amor entre un hombre y una mujer abierta a la vida y vitalicia, las diferencias entre Podemos, Izquierda Unida y cualquier otro partido político de izquierdas y la Iglesia, están servidas.

Saludos. Pax.


Y lo siguiente es lo que amablemente apostilla sobre mi reflexión el P. Canali, sin duda uno de los foristas pilares en La cigüeña de la torre, todo un primer espada de formidable formación teológica y muy eclesial agudeza en el análisis de la actualidad católica. Claro que no comparto algunos de sus acentos eclesiales, sobre todo porque ni soy ni he sido propiamente un católico tradicionalista, pero a su vez no siendo tampoco lo que se dice un católico progresista al uso, suelo coincidir con el P. Canali en bastantes de sus análisis a través de mi deseo de fidelidad al Evangelio, la Tradición y el Magisterio. Así, veamos:


Enviado por canali_ el Mar, 25/11/2014 - 23:57


Muy bueno y edificante su comentario, Quijotario. Se nota sensus Ecclesiae, y más meritorio aún ante el ninguneo de un establishment eclesiástico mundano y enteramente secularizado, en el entorno que le ha correspondido.

El sensus Ecclesiae conlleva también la sintonía con la doctrina social de la Iglesia: las grandes encíclicas sociales son Magisterio sin más. Y a pesar de que algunas concreciones se revelaron improcedentes, es enteramente correcto y merece ser incentivado el compromiso social cristiano, derivación de la realeza de Cristo que quiere, no sólo la presencia creyente y el testimonio sino un aporte operativo que sea eficaz en la sintonía de las estructuras sociales con el ideal evangelico. Y ello con una vida de plegaria y unos principios morales acordes con los mandamientos de la ley de Dios y los principios evangélicos.

Nota: "Se nota sensus ecclesiae, y más meritorio aún ante el ninguneo de un establishment eclesiástico mundano y enteramente secularizado, en el entorno que le ha correspondido". Lo afirma el muy sesudo, formado e informado P. Canali. Y yo pienso inmediatamente en los eclesiásticos diocesanos canariensis que me han querido joder la vida a base de rechazo, desprecio y ninguneo. Que Dios no les tenga en cuenta la muy ruin mezquindad con que me han tratado, el daño que me han hecho...

Pero sí, son ellos, P. Canali. Todo encaja a la perfección. Gracias por su comprensión, por el apoyo que para mí proviene de sus palabras. Porque además es que el P. Canali, amable lector,  se refiere a tales sujetos (él los conoce, conoce la realidad actual de la Diócesis de Canarias), ni modo a otros, como se pondrá más de manifiesto, si cabe, en el siguiente artículo mío también apostillado por él.


Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social. 



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