domingo, 13 de mayo de 2018

austin leal Su comentario debe ser aprobado por el moderador. Tal vez por ser el primero que envía. Si es por ello recibirá un correo a la dirección señalada. Puede ser por otro motivo, tal vez técnico. Conecte con atrio por e-mail

La expresion emitida por el arzobispo de Granada monseñor Javier Martinez Fernandez (recordemosla, “La mujer que aborta da licencia absoluta a los varones para abusar de ella”), al menos estilisticamente hablando, desde una perspectiva filologica, me parece clarament mejorable. Mejorable porque de suyo,en si misma, es equivoca, ambigua, confusa. Puesto que puede querer decir, por ejemplo, que la mujer que aborta puede facilitar que el varon desee mantener relaciones sexuales poco “comprometedoras”, dado que la mujer con quien las mantuviere, simpre va a abortar.
A mi juicio, alguna carga machista es posible tambien detectar en esa expresion linguistica “episcopal”. Aunque en realidad, tambien caben otras interpretaciones. Ahora bien, lo que no cabe decir de ella, de esa expresion del actualarzobispo de Granada, es que se aparte de la enseñanza de la Iglesia, condenadora del aborto, inalterada durante dos mil años, y sancionada, asi pues, por el Magisterio y la Tradicion viva de la Iglesia. De ahi que no termine de entender las reacciones, ademas airadas, de algunos que, acaso cogiendo el rabano por las hojas, parecen silenciar que el obispo condena la practica del aborto, como es lo coherente, y parecen por contra querer poner muy de relieve el contenido sexista de esas palabras del arzobspo, un supuesto o real machismo, una supuesta o real descofianza hacia el actual sistema democratico español…
Porque,ms alla de su fortuna o no fortuna estilistica o literaria, lo sustantivo de las palabras del arzobispo Javier Martinez es la condena sin fisuras del aborto. Y la condena sin fisuras del aborto debe ser el “norte” orientador de un fiel catolico, pues entre obedecer a Dios y al Cesar, entre obedecer las leyes del mundo y las de Dios, entre la tension de estar en el mundo sin ser del mundo…
Lo pedia san Agustin de Hipona: “En conciecia, un discipulo de Cristo no esta obligado a seguir una ley inicua, o considerada inicua”.


ATRIO

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