"¿El oficio de discrepar por principio?"
Vengo de escuchar en CNN+ la entrevista del periodista Calleja, que es de la casa, a Juan José Tamayo y Jesús Bastante. Tengo frescas muchas de las cosas que ambos dijeron ahí, como en un guion preestablecido. Y no las voy a repetir aquí y ahora, pues no hace falta repetirlas puesto que ya cabe perfectamente conjeturar cuáles pudieron ser muchas de las declaraciones de ambos personajes, adalides que son de la progresía eclesial.
Pero sí diré que en algún lugar de
su obra literaria, que envejece bien, como los buenos vinos, el sacerdote y
escritor ya fallecido José Luis Martín Descalzo recomienda que, cuando uno vaya a
hacer una crítica a alguna persona, se respire profundo y, por cada crítica
negativa que se vierta sobre esa persona, se profiera de la misma manera y por la
misma boquita varias alabanzas hacia la persona criticada.
Con respecto al papa y a la inmensa mayoría de los obispos, me temo que Jesús Bastante y Juan José
Tamayo no aplican de ninguna manera el sabio consejo de José Luis Martín
Descalzo. Y es una pena, porque ciertamente todos los católicos somos falibles,
pecadores, necesitados de permanente conversión -y yo que estas líneas escribo,
el primero, parafraseando cierto diálogo de cierto personaje del gran
Dosvstoieski-, solo que otra cosita muy distinta es andar un día sí y otra
también criticando, zahiriendo, insultando al papa y a los obispos en comunión
con este, menospreciando a los que queremos ser fieles al Magisterio a base de
acusarnos de conservadores y reaccionarios... Vamos, un pequeño
suplicio.
Nadie con dedos de frente niega que los papas y obispos son
pecadores (en dos mil años de historia de la Iglesia, los ha habido
protagonizadores de toda clase de pecados y perversidades), pero insisto, la
persistente crítica en apariencia siempre destructiva hacia todo lo que procede
del Magisterio -la intención, al proceder así, de personalidades ya muy
mediáticas como Jesús Bastante y Juan José Tamayo, ni la puedo saber ni la debo
juzgar-, ¿qué esconde realmente? Si aman tanto a la Iglesia como ellos dicen y
es por ello por lo que son tan críticos con la institución -a menudo bajo la
apariencia de criticones, todo sea dicho-, ¿dónde están los abundantes frutos de
ese amor profesado a la Esposa de Cristo?
Repito: los obispos son todos,
sin excepción alguna, pecadores, y algunos o incluso no pocos, muy pecadores;
sin embargo, en esta hora de tribulación en vez de velar y orar por la sanación
de esas tremendas heridas producidas en el Cuerpo (Místico, no se olvide) de la
Iglesia, no señor, más carnaza contra el papa, a ver si de tanto lanzar dardos
envenenados contra él...
Por lo demás, está completamente demostrado que
aunque no puede justificarse en modo alguno el daño causado a esos niños por
causa de los abusos sexuales, otros colectivos humanos que nada tienen que ver
en principio con la realidad de la Iglesia católica, e incluso otras
denominaciones cristianas (la iglesia baptista en Norteamérica, por ejemplo),
presentan índices, niveles o números mucho más elevados de casos de abusos
sexuales a menores. Incluidos los grupos de homosexuales, colectivo que
presenta, si no me fallan mis datos, los niveles más altos de casos de
pederastia. Por tanto, si tanto preocupan a personalidades como Tamayo & cía
la pedofilia y la pederastia, ¿por qué solo critican los casos imputados a
sacerdotes y religiosos de la Iglesia católica? (25/03/10 9:38 pm)
12 de junio, 2018. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.
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